Consiste en un aumento de la curva cóncava anatómica normal (lordosis) de la columna vertebral lumbar o cervical. Aunque también puede existir más raramente en la columna cervical, aquí trataremos la localizada en la columna lumbar.
• con desequilibrio pélvico hacia delante (anteversión)
• con desequilibrio pélvico combinado con desplazamiento hacia atrás de la columna lumbar y sacro (culo de pollo)
• Espondilolisis
Aunque en muchos casos se entiende como que puede ser congénita existen varias causas por las que esta curvatura puede aumentar con el paso del tiempo:
• Hipotonía abdominal: existe muy bajo tono muscular en la zona de los músculos del abdomen, lo que conlleva a un sobrepeso, haciendo doblar por el mismo en exceso la columna lumbar.
• Embarazo: de ahí las lumbalgias frecuentes en mujeres con un estado de embarazo avanzado.
• Intervenciones quirúrgicas repetitivas en zona abdominal: como en los casos de hernias inguinales con continuas recaídas o recidivas.
• Acortamiento de la musculatura isquiotibial: por mantener contracturados los músculos de la parte posterior de las piernas.
SÍNTOMAS
Consideramos solamente aquellos casos en que se produce dolor, pues en otros no existen signos evidentes de incapacidad.
Son todos aquellos que se producen en las lumbalgias (lumbagos) y ciatalgias (ciáticas), pues la hiperlordosis es en muchísimas ocasiones un factor muy común en muchas de las mismas:
• Dolor lumbar: con sensación de cinturón de dolor y presión en cintura.
• Impotencia funcional a la flexión del tronco por el dolor que produce.
• dificultad para mantenerse sentado.
Antiguamente se creía que la hiperlordosis causaba siempre dolor de espalda. Realmente no es así. Lo habitual es que sólo sea una observación estética y no cause dolores.
Visualmente por el examinador médico correspondiente y concretado mediante pruebas radiológicas.
Un análisis clínico por un profesional cualificado suele ser suficiente. La metodología que utilizamos (fotometría digital) permite estudiar el ángulo de la curva de forma clínica. Aunque no es imprescindible, se puede confirmar el diagnóstico mediante una radiografía de perfil en posición de pie.
La reeducación postural trata eficazmente esta patología. El enfoque deberá ser siempre global si queremos mantener los resultados a largo plazo. Cualquier tratamiento exclusivamente local, sea ortopédico o fisioterapéutico, suele fracasar en la mayoría de los casos.
Cuando aparecen síntomas dolorosos, que es cuando el paciente comienza a ser consciente de su problema, se comienza con un tratamiento conservador.
• Termoterapia
• Antiinflamatorios
• Masaje descontracturante en posición anti-lordótica (con cojín debajo del abdomen) en zona lumbar, glúteos y parte posterior de las piernas (musculatura isquiotibial)
• Estiramientos en posición de lordosis corregida para favorecer la disminución de las contracturas de la parte posterior de las piernas.
• Higiene postural, buscando la cifosis lumbar (procurar al sentarse compensar la curvatura).
• Fortalecimiento de la musculatura abdominal, también con posición corregida, buscando y forzando la cifosis lumbar.
Ortopédico:
• En curvaturas excesivas, antes de la adolescencia, algunos especialistas recomiendan corsé de corrección postural.